Crea una matriz de riesgo para tu negocio e identifica tus puntos débiles
Matriz de riesgo: tips para Identificar tus puntos débiles
Si tu negocio ha dado sus primeros pasos o ya está en el ruedo, pero aún sientes que te falta seguridad sobre los pasos que ya diste o darás, lo más probable es que todavía no hayas tenido en consideración crear una matriz de riesgos.
Y es que siempre existirán un millón de probabilidades de que algo pueda fallar, ya lo decía la Ley de Murphy: «Si algo puede salir mal, saldrá mal».
Qué mejor que tener la posibilidad, no de ver el futuro, pero sí de prever situaciones que podrían afectar de manera negativa a tu empresa. Y eso lo puedes conseguir si preparas antes los escenarios que podrían resultar comprometedores para tu negocio.
Así que, se trate de un negocio pequeño, mediano o grande, es primordial que puedas visualizar y controlar los riesgos externos que se te escapen de las manos.
Pongámonos manos a la obra:
¿Qué es la matriz de riesgo y para qué sirve?
La matriz de riesgo es una herramienta en la que se apoyan la mayoría de empresas para poder medir o identificar cuáles son los riesgos externos o internos a los que podría estar expuesta.
También conocida como Matriz de probabilidad de impacto, ayuda a saber si es indispensable o no que una empresa mantenga su exposición a ciertos riesgos.
Si tienes un negocio lo más recomendable es que hagas por tu cuenta una matriz de riesgo que te dé la posibilidad de saber qué prioridades debes atender con mayor urgencia y qué otros asuntos necesitan menos de tu atención.
10 Puntos que no pueden faltar en tu matriz de riesgo
Antes que nada, te recomendamos que eches un ojo a la normativa ISO 31000 que fue establecida en 2009 por la Organización Internacional de Normalización (ISO) en la que puedes encontrar soluciones estándar a posibles riesgos que pueden representar una amenaza para tu negocio o empresa.
1. Las prioridades en orden
Una vez que hayas identificado todo lo que podría suponer un riesgo para el negocio, crea una lista en la que los riesgos más importantes estén los primeros, algunos de estos riesgos pueden ser:
Desastres naturales como terremotos, maremotos, incendios forestales…
Parálisis o detención de los suministros que representen a la materia prima (en caso de que fabriques productos).
Daños o fallos en equipos esenciales para la fabricación.
Fuga de información clasificada de tu empresa (recetas, fórmulas químicas, patentes…).
Fallos en la seguridad industrial dentro de tu empresa o alrededores (escaleras poco seguras o mal diseñadas, áreas resbaladizas, zonas de alto nivel químico sin las restricciones adecuadas…).
Crisis sociales.
Escasez de seguros médicos para empleados o colaboradores.
Falta de equipos de resguardo o seguridad (botas, chalecos, zapatos, guantes…).
Accidentes laborales.
Falta de actualización de documentos legales.
P.D. Todos los riesgos que identifiques que estén dentro o a los alrededores de tu empresa deben estar relacionados al sector al que pertenecen. La prioridad se la das tú.
2. Crea una tabla comparativa
En la que puedas gestionar con toda la paciencia y orden del mundo, cuál es la frecuencia con la que sucede X riesgo y cuál es el impacto que podría tener dentro de tu negocio o empresa.
Aquí te dejamos un ejemplo para que tengas más luces de cómo hacer tu propia tabla comparativa:
3. Elabora un gráfico
Tendrás en cuenta los colores clásicos de una tabla de riesgo: verde, naranja, amarillo y rojo. Lo que te ayudará a determinar cuáles son los riesgos más urgentes para tu empresa, hasta los que hayas podido controlar.
En la siguiente tabla verás un ejemplo de cómo puedes crear por cuenta propia tu matriz de riesgo, bien puedes apoyarte en herramientas tecnológicas o en una hoja sencilla de Excel:
Características esenciales de una matriz de riesgo
Todo lo que hagas para tu empresa o negocio debe tener una lista de requisitos que le acerquen más a tus objetivos, así mismo sucede con tu matriz de riesgo. Echa un ojo a las cualidades por las que debes apostar:
Debe ser fácil de leer y de analizar: tanto los elementos que utilices para explicar el estado actual de tu empresa como los que den pie a su lectura, deben ser lo más prácticos posible. Lo importante es que tanto tú como tu equipo de trabajo puedan leer el mismo documento y entender cuál es su mensaje.
Debe ir de lo macro a lo micro: incluirás entonces todo lo que sea global hasta lo que corresponda a un departamento específico, por más pequeño que sea.
Debe darte la posibilidad de comparar: un antes y un después, cómo se han ido haciendo las cosas, qué resultados obtuvo el negocio en meses anteriores…
Debe ser objetiva: y para ello necesitas que sea específica con lo que te va a comunicar, por lo que apostarás por añadir solo los datos que sean medibles y analizables en el tiempo.
Recomendaciones finales para tu matriz de riesgo
Los colores son clave para mejorar el flujo y análisis de tu matriz de riesgo, por lo que es importante que utilices colores de simple identificación como el verde, el amarillo y el rojo.
Tal cual como te lo indican las luces del semáforo: la luz verde es sinónimo de un riesgo ya estabilizado o atendido a tiempo, el amarillo-naranja te indicará qué posibles sorpresas puedes esperar y el rojo son áreas de alerta que deben ser atendidas con inmediatez de ser posible.
Ya que conoces a detalle y en un concepto sencillo qué es una matriz de riesgo y cómo puedes utilizarla a tu favor, te invitamos a que hagas una propia para tu negocio.
Además, te dejamos una plantilla que puedes utilizar las veces que quieras como esquema personal, ese que podrás llevar bajo la manga en caso de que necesites un plan de contingencia.
Empieza ya a gestionar y seguir los posibles riesgos que podrían afectar a tu negocio. Solo así garantizarás los menores fallos posibles.
¿Qué otros puntos añadirías a tu matriz de riesgo? ¡Te leemos en los comentarios!
¿Bucas algo en concreto?
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