En este artículo vamos a darte todas las claves para entender qué es la economía colaborativa, cuáles son sus beneficios y algunos ejemplos actuales. ¡Prepara papel y boli!
¿Qué es la economía colaborativa?
Si en algo se caracteriza la economía colaborativa es en la gran variedad de modelos de negocio y sectores que abarca, cada uno con sus propias características de mercado. Por lo tanto, para poder definir qué es la economía colaborativa debemos escapar de ese significado único e ir a la raíz común. Y esta no es otra que el uso de activos infrautilizados para extraer cierto beneficio.
Es decir, podríamos definir la economía colaborativa como cualquier modelo de consumo que une a personas que desean compartir productos o servicios con personas que tienen ciertas necesidades. Un conjunto de intercambios realizados entre personas en lugar de empresa a persona.
La economía colaborativa es cualquier modelo de consumo que une a personas que desean compartir productos o servicios con personas que tienen ciertas necesidades.
Si antes nuestro consumo colaborativo estaba limitado a nuestro entorno más cercano, la digitalización, la geolocalización y la cultura open-source han favorecido el aumento de este tipo de consumo colaborativo principalmente impulsado por la generación millennial, que al fin y al cabo tiene una gran capacidad de impactar en su círculo a través de un clic.
Los 5 principios de la economía colaborativa
Para entender mejor qué es la economía colaborativa, te hemos preparado una lista de 5 principios básicos sin los cuales este modelo de consumo carecería de sentido:
1. La economía colaborativa apuesta por aprovechar los recursos subutilizados
Ya sea gratis o por un precio establecido, la economía colaborativa se basa en compartir todos aquellos bienes que los usuarios no usan lo suficiente y de este modo sacarles cierto partido. Sería el caso del carsharing. Si antes una persona tenía un vehículo únicamente para ir de casa al trabajo y del trabajo a casa, ahora puede convertirse en una alternativa de movilidad para otras personas. Sin duda, esto rompe los esquemas tradicionales del consumo de bienes y servicios para satisfacer necesidades, ¿no crees?
2. La economía colaborativa crea un impacto positivo en su entorno social y ambiental
Este principio es fundamental para considerar que un modelo de consumo sea realmente economía colaborativa. Siguiendo con el ejemplo del carsharing, el tener vehículo en las ciudades, con los célebres colapsos en horas puntas, es sin duda un hecho que ha afectado de forma directa en la calidad de vida de la ciudadanía. Este tipo de servicios pueden convertirse en una solución a esta problemática mientras también colaboran en disminuir la contaminación ambiental. Como ves, el propósito va más allá de ser una fuente de ganancias adicionales.
3. La economía colaborativa promueve la participación de las comunidades
Para que la economía colaborativa funcione como es debido, es súper importante que las comunidades se empoderen, y para ello es fundamental que existan ciertas normas que pongan límites al comportamiento de cada una de las partes implicadas. Querer proporcionar una buena experiencia o controlar las irregularidades son pequeños gestos que hacen que este modelo de consumo sea más eficiente y de confianza; capaz de crear un auténtico ambiente de colaboración real.
4. Un acceso equitativo a las nuevas tecnologías
Sin duda, para que la economía colaborativa funcione tiene que existir un acceso equitativo a la tecnología para simplificar las transacciones y llegar a un mayor número de usuarios. A menudo, los intermediarios para este tipo de transacciones son páginas web o aplicaciones donde las personas se ponen directamente en contacto entre sí. La tecnología actúa entonces como nexo de unión y sin ella es prácticamente imposible que exista la economía colaborativa.
5. Para que exista una economía colaborativa debe haber una autonomía económica de las partes
Para entender que cierto modelo de consumo es economía colaborativa no es necesario que exista una relación laboral entre las partes. Por el contrario, estas relaciones deben ser independientes y contar con total libertad, un concepto totalmente diferente a los modelos de negocio tradicionales.
¿Cuáles son los beneficios de la economía colaborativa?
Si existe algún beneficio principal en la economía colaborativa, este es sin duda la reciprocidad. Sin embargo, existen muchas otras ventajas. ¡Veamos las principales!
Un aprovechamiento de los recursos
No es muy eficiente contar con un producto que apenas utilizas, ¿verdad? La economía colaborativa permite que, aunque tú no le saques el mayor de los provechos, otra persona sí pueda hacerlo. En este sentido, si más personas compartieran coche, probablemente no requeriríamos grandes infraestructuras de transporte en las ciudades y conseguiríamos una mayor eficiencia energética.
Un ahorro verdadero
La economía colaborativa puede ser enormemente beneficiosa tanto para aquellas personas que no quieren prescindir de ciertas experiencias a pesar de tener un presupuesto limitado, como para quienes prefieren evitar tener ciertos gastos que podrían invertir en otra parte. Este beneficio se ve claro en ciertos modelos de economía colaborativa, como el coworking en el que los costes se reducen notablemente compartiendo los gastos. A fin de cuentas, el poder adquirir productos de segunda mano o prescindir de la compra de otros (un coche por ejemplo) se traduce en un auténtico ahorro.
Nuevas oportunidades de negocio
Con la economía colaborativa cualquier persona que disponga de un activo o pueda ofrecer cierto servicio tiene la capacidad de conectar con posibles consumidores. Solo hace falta echar un ojo a los múltiples ejemplos de startups que han tomado como modelo la economía colaborativa y que se han convertido en auténticas tendencias. Es esta colaboración la que hace posible sacar adelante ciertos modelos de negocio que si vinieran por parte de un emprendedor, serían inviables (o cuanto menos, terriblemente arriesgados).
Permite vivir experiencias diferentes
Este modelo de consumo permite acceder a ciertas experiencias que no eran abarcables para la mayoría de consumidores. Un ejemplo claro sería conocer en primera persona, interactuando con los lugareños de un destino, los estilos de vida y las culturas cuando viajas. ¡Toda una filosofía win-win!
La protección medioambiental
Como venimos diciendo, el hecho de compartir coche o compartir ciertos bienes ayuda a reducir las emisiones de CO2. Además, ponemos nuestro granito de arena para que no se derrochen los objetos y se fabriquen otros de forma innecesaria.
¡Adiós intermediarios!
Con la economía colaborativa la comunicación es mucho más directa, pues no existen intermediarios entre las partes, más allá de la propia plataforma (web o app). Se trata de un contacto mucho más personal que busca el beneficio de ambos.
¿Se te ocurren otros beneficios de la economía colaborativa? Cuéntanoslos en los comentarios.
Ejemplos de economía colaborativa
Alquilar bienes o servicios de otras personas, prestar dinero, compartir espacios de trabajo o la ropa… Las posibilidades de la economía colaborativa son prácticamente ilimitadas. Aunque sí podemos distinguir algunos ejemplos clave:
Los préstamos entre pares
Serían todas aquellas plataformas que nos permiten pedir prestado y, al mismo tiempo, prestar dinero sin pasar por los bancos tradicionales. Estas plataformas actúan como intermediarios y los intereses solo dependen del historial de solvencia del prestatario. Se trata de toda una revolución, pues los préstamos tradicionales pueden no ser una opción viable para muchas personas, y de este modo ofrecen oportunidades para una parte más amplia de la sociedad.
Alquiler de apartamentos y Couchsurfing
Sería el caso de Airbnb por ejemplo. Son todas aquellas plataformas que conectan personas que necesitan un alojamiento temporal cuando viajan con otras que hacen de anfitriones cuando no están usando sus propiedades. Con este tipo de economía colaborativa puedes encontrar personas que están dispuestas a compartir toda su casa, a menudo a un coste más bajo que el de un alojamiento tradicional.
Coworking
En este caso, la economía colaborativa te permite compartir los gastos del alquiler de oficinas, suministros, almacenamiento, correo… Con otros profesionales. Una opción ideal para autónomos, personas que teletrabajan o pequeños empresarios que están empezando. Son geniales pues, además de reducir costes, te permiten tener una experiencia muy enriquecedora al trabajar junto con profesionales de distintos sectores con quienes establecer amistad y hacer networking.
Crowdfunding
Este tipo de economía colaborativa conecta a personas o empresas que necesitan dinero para lanzar un proyecto con otras dispuestas a proporcionarlo. En este sentido, un promotor pide ayuda financiera a personas que deseen contribuir económicamente para poder ponerse manos a la obra con su propuesta. A diferencia de los préstamos entre pares, este tipo de financiación suele servir para apoyar un proyecto concreto o startup (y no siempre se espera que los beneficiarios devuelvan los fondos). Con este modelo, decenas, cientos e incluso miles de personas pueden contribuir a un solo proyecto.
Carsharing
Consiste en compartir viajes o vehículos para no tener que contar con un vehículo propio o depender del transporte público. Además, te ahorras gastos en gasolina, seguro y mantenimiento. Sería el caso de Uber por ejemplo, en el que puedes contactar con conductores que te transporten en sus vehículos personales.
La reventa o venta de segunda mano
Si alguna vez has usado eBay, has utilizado este tipo de economía colaborativa. Son esas plataformas que permiten comprar y vender bienes nuevos o usados sin que la interacción sea cara a cara. Muchas plataformas de reventa se centran en nichos concretos, como Vinted, un mercado de ropa de segunda mano. Una buena manera de sacarle provecho a todas aquellas cosas que no dejan de acumular polvo en tu casa y pasar de transacciones muy impersonales a experiencias más gratificantes mientras adquieres hábitos más sostenibles.
Compartir conocimientos
¿Tienes conocimientos a los que no estés sacando el suficiente provecho? La economía colaborativa puede echarte una mano para aprovecharlos. Existen muchas plataformas que te permiten ofrecer servicios de nicho, como la limpieza del hogar, arreglos en casa, cuidado de jardines… Una buena manera de tener una nueva fuente de ingresos de una forma flexible, eliminando el estrés y los procesos de contratación tradicionales. Del mismo modo, este tipo de economía colaborativa les permite a personas ocupadas delegar el trabajo y crear oportunidades económicas a otras dispuestas a hacerlo. Interesante, ¿no?
Qué es la economía colaborativa
Pasar de poseer a compartir. Ese es el principal objetivo de la economía colaborativa, un modelo de consumo que, si bien enamora a muchísimas personas, también ha suscitado varias críticas.
Lo que está claro es que no es una moda pasajera, sino una auténtica revolución que sin duda ha venido para quedarse, pues revela la voluntad de una sociedad de cambiar la forma en la que vive.
La pregunta que cabe hacernos es si este intercambio que pone en jaque a las grandes empresas tradicionales está listo para afrontar ciertas tareas pendientes como regular algunas aplicaciones para evitar que engorden la economía sumergida y mejorar los derechos de los consumidores.
¿Qué opinión te merece a ti la economía colaborativa? ¿De qué modo la aplicas en tu día a día? ¡Te leemos!
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