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¿Cuáles son las distintas tipologías de las empresas?

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Tipos de Empresas: ¿A cuál pertenece tu negocio? (2025)

¿Cuáles son las distintas tipologías de las empresas?
¿Cuáles son las distintas tipologías de las empresas?

Al entrar al mundo empresarial, te darás cuenta de que existen una gran variedad de negocios, diferenciados por su tipo de actividad laboral, los servicios que ofrecen o cómo se componen sus centros de fabricación.

Lo cierto es que cada empresa nace con el objetivo de satisfacer las necesidades de un grupo de personas en específico.

Por lo tanto, ante tanta diversidad, cabe destacar que existen distintos tipos de empresas y hay una categorización completa al respecto.

¿Eres novato en el mundo empresarial y no sabes a cuál categoría pertenece tu negocio? No te preocupes, en The Power te enseñaremos cómo se encuentra compuesta la tipología empresarial.

¿Para qué sirve la clasificación de empresas?

Aunque sea la primera vez que escuchas sobre esto, la tipología de empresas es muy importante.

Cada compañía tiene la necesidad de establecer cuáles son las funciones que va a cumplir, a cuál sector va a pertenecer, cómo tiene que ser su estructura empresarial y mucho más.

Por lo tanto, los diversos criterios empleados en esta tipología, tienen como objetivo ayudar a las empresas a reconocerse a sí mismas para desarrollar mejor su trabajo.

Por ejemplo, al reconocer en qué tipo se encuentra tu empresa, podrás determinar cómo tiene que ser tu planificación estratégica para desarrollar los procesos internos.

Asimismo, también podrás reconocer cuáles son las oportunidades de ventas que tienes, cuál es tu público objetivo y cómo funcionará tu retorno de inversión.

Si te parece que estas son nimiedades, existe otro aspecto que también influye en esto y es muy importante: el apartado legal.

Las normas empresariales que cada negocio tiene que cumplir suelen variar según la tipología a la que pertenecen.

Por ello, reconocer desde el inicio cuál es tu tipo de empresa, te ayudará a contemplar cuáles son las normas legales con las que tienes que cumplir.

¿Cómo se categorizan los distintos tipos de empresa?

La categorización empresarial no se crea a partir de la nada. De hecho, parte de una serie de criterios importantes que son los que permiten crear una diferenciación clara entre una empresa y otra.

Para que te hagas una idea de cuáles son los aspectos que se toman en consideración, algunos de los más importantes son:

  • La actividad económica que realiza.

  • El tamaño de la empresa.

  • El sector laboral en el que se desempeñará.

  • El capital que posee.

  • La cuota del mercado que atenderá.

  • Su estructura laboral.

La tipología de empresas más común

A raíz de dichos criterios, se crea una clasificación empresarial básica en la que se reconocen a siete grandes tipos de empresas.

De estos tipos, surgen unos subtipos más específicos que te permitirán reconocerte según el aspecto principal.

Cada uno de los rasgos de clasificación resultan importantes y te ayudarán a definir tu empresa según su actividad en cada uno de ellos.

Así que, para entrar en materia sobre la tipología empresarial, te enlistaremos las categorías y sus variantes:

  1. Clasificación según el sector

El sector laboral es el rasgo más importante de toda empresa y está relacionado con el tipo de producto o servicio que ofreces.

Dentro del mundo empresarial, esta diferenciación les permite a las compañías centrarse mejor en su propio nicho y así abarcar soluciones variadas.

Si aún no sabes cómo se compone cada sector, a continuación, te explicamos cuáles tipos de actividades económicas están relacionadas con cada uno:

  • Primario: se centra en la transformación de los recursos naturales en productos para la población. Dentro de este sector entran actividades como la agricultura, apicultura, ganadería, pesca, tala forestal, etc. 

  • Secundario: su objetivo es tomar cualquier tipo de materia prima y convertirla en productos variados para los consumidores. Por ejemplo, aquí se reconocen a las empresas constructoras, artesanías, la industria en general, carpintería, costura, etc.

  • Terciario: se centra en brindarles soluciones a la población a través de servicios que pueden ser comerciales, financieros, comunicativos, etc.

  • Cuaternario: este último sector se caracteriza por la generación de conocimientos y se relaciona con las empresas tecnológicas, educativas, formadoras, investigativas, etc.

  1. Clasificación según el tamaño

Por supuesto, el tamaño de una empresa es un factor muy importante y, a medida que avanza en sus ventas, la misma puede crecer y cambiar de clasificación. Ese es el objetivo de todos.

Por ese motivo, hay que tener en consideración cuáles son los límites mínimos y máximos para que una compañía pueda ser reconocida como mediana o grande.

A continuación, te lo explicamos con los números a la mano:

  • Si tienes menos de 10 empleados y tus ingresos anuales no superan los 200.000 dólares, tienes una microempresa.

  • Si cuentas con menos de 50 trabajadores y generas menos de 500.000 dólares por año, tienes una pequeña empresa.

  • Si tienes 250 trabajadores a tu cargo y tus ventas generan no más de 10.000.000 dólares anuales, tienes una mediana empresa.

  • Si sumas más de 250 empleados y recibes ganancias de más de 10.000.000 dólares por año, tienes una gran empresa.

  1. Clasificación según la forma jurídica

A nivel judicial, las compañías necesitan contar con su propia categoría. Tal y como lo mencionamos antes, de esto dependerá cómo se represente tu negocio a nivel legal.

Por lo tanto, las formas jurídicas con las que se pueden definir a las empresas son las siguientes:

  • Persona física: compañía compuesta por una única persona o emprendedor.

  • Sociedad: empresa conformada por varias personas encargadas de la inversión y gestión del negocio.

  • Persona moral: negocio en el que se unen dos o más personas para obtener beneficios monetarios, pero los riesgos se dividen entre cada uno.

  • Cooperativa: compañía creada a partir de un grupo de personas que buscan mantener cubiertas sus necesidades socioeconómicas y las responsabilidades son iguales para todos.

  • Sociedad comanditaria: empresa compuesta por varios socios y cada uno tiene responsabilidades ilimitadas.

  • Sociedades limitadas: negocio en el que las responsabilidades se limitan según la inversión de cada persona.

  • Sociedad anónima: conjunto de personas que no tienen responsabilidades y poseen la libertad de elegir si deseas comprar acciones.

  1. Clasificación según el ámbito de actuación

El alcance de tu negocio a nivel geográfico es algo que también necesita tenerse en consideración para así tener un control en la medición de hasta dónde llegan tus productos.

De nuevo, esta es otra de las categorías que puede crecer con el paso del tiempo. Por lo tanto, puedes pasar por los siguientes escaños durante tu tiempo de actividad laboral:

  • Local: una empresa que solo cuenta vende sus productos o servicios en una zona en específico.

  • Nacional: al ser nacional, ya ofreces tus productos a todo el país en el que resides y cuentas con sedes en diversas ciudades.

  • Multinacional o internacional: has logrado vender tus productos fuera de tu país a través de la exportación de los productos, pero tu sede productiva aún está en tu país. 

  • Transnacionales: es el escaño final, en el que vendes tus productos en otros países y también te has establecido con tus propios centros de producción en ellos.

  1. Clasificación según la cuota del mercado

Sí, el mercado también se encuentra dividido por cuotas y estas representan al sector empresarial en el que laboras.

La clasificación según esto, dependerá del porcentaje de ventas de tus productos que obtengas en esa cuota del mercado en específico y en comparación con las ventas generadas por tu competencia directa.

En este aspecto, la subdivisión es la siguiente:

  • Aspirante: es toda empresa que quiere dirigir su estrategia económica y productiva a ampliar su cuota del mercado en comparación con la compañía líder.

  • Especialista: es ese tipo de compañía que ofrecen soluciones específicas a su cuota del mercado y han obtenido una gran rentabilidad.

  • Líder: toda empresa líder es aquella que se ha hecho con el mayor porcentaje de la cuota del mercado gracias a sus productos y servicios. Ha llegado hasta allí por sus excelentes estrategias de ventas, logística y publicidad, y se han convertido en el punto de comparación principal.

  • Seguidora: es el estado en el que se encuentran aquellas empresas pequeñas que aún no tienen mucha rentabilidad y, por lo tanto, no representan un riesgo para los líderes.

  1. Clasificación según el esquema laboral

El esquema laboral es el modelo de colaboración que las empresas deciden seguir con sus empleados para llevar a cabo los objetivos laborales al pie de la letra.

Como te podrás imaginar, existen varios, ya que hay varias formas de trabajar y cumplir con los horarios laborales.

De hecho, los esquemas laborales tuvieron un gran giro luego de la pandemia y es por ello que hoy en día el modelo remoto es mucho más utilizado.

En general, se reconocen tres tipos de esquemas laborales que las compañías pueden seguir:

  • Presencial: es el esquema de trabajo clásico en el que los empleados acuden a la empresa en persona a cumplir sus responsabilidades.

  • Remoto: es un modelo laboral en el que los trabajadores pueden trabajar desde cualquier lugar y cumplir con sus responsabilidades a la distancia, ya que la mayoría de sus actividades son en línea.

  • Mixto: las empresas con un esquema mixto admiten que sus trabajadores acudan a una modalidad presencial o en remoto según cada situación y según sus responsabilidades por cumplir.

  1. Clasificación según la procedencia del capital

Para crear empresas, se necesita de un capital, de otro modo no se podrían hacer las inversiones necesarias como para comprar todo lo que una compañía necesita o para siquiera pagarle el salario a los trabajadores.

Por lo tanto, al ser otro factor de suma importancia en la composición empresarial, también es tomado en cuenta para categorizar a las compañías dentro de la tipología empresarial.

En este caso, según la procedencia de su capital, una empresa puede ser reconocida como:

  • Privada: es toda aquella compañía cuya inversión viene dada por parte de personas individuales quienes desean recibir ganancias a través de las ventas realizadas.

  • Pública: es todo lo contrario a la anterior, ya que reciben su capital por parte del dinero perteneciente al estado del país en que reside. En este caso no se persigue generar beneficios monetarios, sino ofrecer servicios de gran ayuda para la sociedad.

  • Mixta: una empresa mixta se genera cuando las inversiones públicas no son suficientes y necesitan una inversión privada para seguir con sus actividades comerciales y mantener la efectividad en los servicios.


La tipología de empresas más común

Importancia de clasificar las empresas en distintos tipos

En definitiva, reconocer las distintas variaciones existentes en la clasificación empresarial es de suma importancia para todos los que quieran iniciar su propio negocio.

El objetivo de todo esto es establecer una diferenciación clara entre los aportes, beneficios, producciones y formas de trabajar que cada empresa puede tener.

Además, esta organización por segmentos no beneficia solo a los sectores del mercado en general, sino que también te resultará beneficioso a ti como empresario.

Tener en claro cuál es el tamaño de tu compañía, a qué sector pertenece, cómo se compone a nivel jurídico o cuál es la cuota de mercado que cubres, te ayudará a llevar una mejor gestión.

Asimismo, podrás reconocer de manera específica cuáles son las tareas a seguir y te ayudará a tomar decisiones mucho más acertadas.

Todo es cuestión de saber en donde te encuentras en un inicio, para establecer un plan empresarial estratégico que te permita avanzar a pasos agigantados.

Es por ello que la mayoría de las compañías tienen diversos departamentos y cada uno de ellos se encarga de gestionar este tipo de cosas.

Así que sí, la tipología empresarial es muy importante y ha permitido preservar el orden interno en los mercados de todo país.

Entonces… ¿Cuál es tu tipo de empresa?

Ahora que ya conoces más información sobre esto, estás preparado para determinar cuál es tu tipo de empresa y a qué categoría pertenece.

Aunque al principio te parezca que este procedimiento no es tan necesario, la realidad es que es muy importante.

Reconocer a cuál tipología empresarial perteneces, te ayudará a componerla mejor, definir su estructuración legal y, por último, ofrecer un servicio de mayor calidad.

 

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